El cuidado de un coche a diario
Supongo que lo que voy a contar le sucede a la mayoría de las mujeres, tener un novio o marido obsesionado con su coche, sobre todo cuando es nuevo o tiene muy poco tiempo. Es algo que me pone de los nervios directamente me saca de mis casillas, es verdad que los coches hay que cuidarlos, evidentemente no vas a ir sin importarte nada, se debe cuidar la tapicería, las alfombrillas y el resto del coche pero siempre con moderación no de una manera maniaco compulsiva. Nosotros en nuestro caso tenemos un coche ya entrado en años, pero a pesar de ello mi marido sigue cuidándolo como el primer día, si lo vierais lo que se esmera y los buenos cuidados que le da os quedarías con la boca abierta, muchas veces le digo que si me cuidara a mí de la misma manera ya me habría vuelto inmortal. El caso es que cuando se tienen niños hay cosas que suelen ser inevitables, pues que en un momento dado se puedan subir con gusanitos, o con coca cola, o que los pisoteen mientras que tú hablas con algún amigo, cosas que hay veces en las que no se pueden evitar.
En nuestro caso pasó mientras estábamos de vacaciones, fuimos a casa de unos amigos, llevaban tiempo invitándonos y la verdad que este año vimos la oportunidad de poder acercarnos. Viven en la playa por lo que no tuvimos que buscar ni siquiera un sitio en el que poder quedarnos ya que su casa era lo suficientemente grande para todos. Además disponían de una casa en el campo donde también pasamos unos días, por supuesto había que ir en coche. Al siguiente día decidimos hacer una barbacoa, y mientras nosotras cocinábamos mi marido enseñaba a su amigo lo bien cuidado que tenía el coche, mientras charlaban hubo un pequeño percance con la barbacoa y tuvieron que acudir a ayudarnos, dejaron el coche abierto y los niños se subieron con cubos de agua y fabricaron una especie de barro que mejor no sigo explicando porque ya os imaginareis, de la mano de http://www.autingo.es tuvo incluso que cambiar los asientos porque no hubo manera humana de poder quitar las manchas. Al pobre creo que todavía le dura el disgusto, desde luego si de una cosa estoy segura es de que ya no deja el coche nunca más abierto.