Comprar un coche
Como regalo de graduación mis padres me regalaron un coche. Era un coche pequeño y de segunda mano, un coche que apenas alcanzaba los cien kilómetros por hora pero al que acabé cogiendo un enorme cariño. No sé si porque me lo habían regalado mis padres o porque me acompañó durante varios años en mis andanzas, el caso es que cuando el coche se estropeó y me dijeron en el taller que ya no podría arreglarlo se me rompió el corazón. Yo jamás pené que se podría tener tanto cariño por un objeto, pero así es, casi se me saltan hasta las lágrimas, no lloré por vergüenza pero si es cierto que tenía un nudo en el estomago cuando tuve que llamar a cochesparadesguace.com.
Sin lugar a dudas el mejor coche que podré tener nunca, un coche manejable e ideal para aparcar en cualquier sitio, con un consumo mínimo, parecía estar hecho para mí. Pero los años pasan y no perdonan a nadie ni a nada, por lo que debía de estar agradecido de que mi pequeño coche hubiera durado tanto.
La verdad es que debo de reconocer que cuando mis padres me dieron la llave del coche casi me hecho a reír cuando lo vi. Tan pequeño que parecía de juguete, luego cuando te subías en él, te sorprendía lo espacioso que era por dentro y lo cómodo que resultaba, aunque fuera un tres puertas jamás tuve ningún problema con el espacio, mis amigos de la facultad y yo sumábamos cinco por lo que nos venía como anillo al dedo y como ninguno de ellos tenía coche pues nunca dijeron nada negativo sobre mi coche.
Desde hacía unos años era mi segundo coche porque al casarme necesité comprar un coche más espacioso y grande, sobre todo pensando en el día en el que creciera la familia, por lo que ya apenas lo sacaba, la que más lo utilizaba era mi mujer que lo usaba para hacer la compra o para ir al gimnasio. A ella también le ha dado algo de pena desprenderse de la chatarra como ella lo llamaba y creo que se ha quedado un poco triste porque sabe que para mí era un coche muy importante. Pero que se le va a hacer, la vida sigue y hay que sobreponerse. La verdad es que lo voy echar mucho de menos y añoraré los momentos que pasé con él.